La verdad es que la vida no me lo ha puesto fácil. Siento que todo el día tengo que estar peleando con todo, sobre todo porque mi peor enemigo soy yo misma.

Siempre he tenido problemas de ansiedad, de sentirme vacía, de no saber lo que busco, de impulsividad. Me han ido tratando con ansiolíticos principalmente, pero ahora, con 35 años, me han diagnosticado tlp. ¡al fin tiene un nombre lo que me pasa!, me ha consolado saber que se trata de un trastorno, porque siempre he sabido que me pasaba algo, pero no sabía el qué.

Empecé yendo hace dos años a Salud Mental ya que abusaba del alcohol. Me sentía bien pero me sienta mal, y decidí pedir ayuda. Desde entonces he estado viendo a un psiquiatra, que únicamente me medica, de echo, cuando le comenté que había sido diagnosticada con tlp, me dijo que, viendo los síntomas, que los míos son de manual, que cualquiera podemos padecerlos.

Ahora, desde que estoy diagnosticada, he podido conocer sitios en Internet como éste que me ayudan más que ningún profesional ya que siento que hay más gente que vive la vida, las circunstancias, como lo hago yo; que sienten la misma sensación de frustración, de estar perdidos, y al mismo tiempo, conozco a personas que "sufren" algún familiar o amigo con el mismo problema, y conozco su punto de vista.

Mi familia, desde que les comenté el problema, no han sabido, ni siquiera han querido ni apoyarme, ni interesarse, ni nada, y siempre les ha funcionado el chantaje emocional, me dolía, y no se han portado bien conmigo, así que, aconsejada por profesionales, me he deshecho del lastre, y no mantengo relación. Me siento desde entonces mucho mejor, me ha costado mucho decirles "no", porque nunca lo había hecho, pero me siento liberada en ese sentido.

Mi apoyo y mi "guardián emocional" es mi pareja: el sufre mis crisis, que le desprecie en momentos, que al rato le diga que es el hombre de mi vida, que le haya insultado, que en otros momentos le diga que me quiero casar....

Ahora me siento perdida, la psicóloga que me diagnosticó no ha sabido llevarme, y he dejado la terapia, y he vuelto a consumir alcohol. Me gusta beber, me siento bien, pero me sienta muy mal. Mi paraeja, después de las últimas crisis, se ha sentido sin fuerzas, ahora está conmigo con el compromiso de que no beba y que acuda a terapia.

No asumo mi trastorno, y pienso que sola puedo salir. He aceptado el compromiso pero me siento como si estuviera controlada, como si mi pareja, en vez de serlo, sea "mi padre". No sé si estoy enamorada, a ratos le quiero, otros ratos me siento vacía de sentimientos, y muchas veces no encuentro sentido a vivir, a tener que "luchar" para nada, y me gustaría desaparecer. No lo hago por mi hijo, pero no lo descarto, creo que puede vivir perfectamente con su padre.