La Comunidad de Sin-Límite

Muchas veces escribo desde el estómago, desde la rabia más profunda fruto quizás de todo lo vivido y que no he podido aún digerir. Siento rabia, es cierto, asco, dolor, angustia y me sale por las palabras, por las letras que escribo y que a veces publico sin pensar incluso en el daño que puedo llegar a hacer a otras personas que, como yo, van perdidas entre el cielo y la tierra, sin un manual de instrucciones, terriblemente sensibles a los acontecimientos, al dolor humano, ajeno, próximo, tan próximo que lo sentimos nuestro. A veces incluso la gente se ríe, no entiende cómo podemos derramar lágrimas ante una flor cortada, ante un toro asesinado en una plaza o ante un anciano abandonado en una triste silla de ruedas en una gasolinera en agosto para que alguien se pueda ir de vacaciones sin ser molestado.

Me provoca una terrible angustia contemplar a políticos de traje manifestándose contra no sé qué mientras continentes enteros mueren de hambre y vómito y vuelven a sus pulcras casas con sus mediocres conciencias silenciadas por un clamor conseguido por sus medios de comunicación que siguen movilizando masas. Creen haber cumplido su estúpida razón de existir, se toman los hipnóticos para dormir, dejan sus ropas para el día siguiente preparadas y se evaden del dolor de los millones de personas que mueren en ese mismo instante, en el momento justo de la ingesta de sus asquerosas pastillas recetadas por sus amigos médicos para tal efecto. Así es la vida, mediocre, sin color, sin voz, oxidada.

Mientras se siguen preparando muros criminales para separar hermanas de hermanos, se exilia a pueblos enteros al desierto apartándolos de sus tierras, se roban los bienes de las tierras de naciones enteras mientras sus habitantes son devorados por las moscas, sus niños por la malaria o sus mujeres y hombres por el évola sin que nadie levante ni una pestaña; qué más dá, quizás vivan en ese continente Sin Nombre donde aún el sida mata.

Los supuestos países “ricos” provocan guerras para vender sus armas, para seguir consiguiendo petróleo a cualquier precio, consiguiendo gas para calentar a los de siempre, aplicando su “moralina” para justificar asesinatos masivos. Utilizan sus instrumentos internacionales, creados como aparatos para su personal lucro y lanzan soflamas “democráticas” a verdaderas manadas de borregos mansos, con una mentalidad sumisa que han ido construyendo, poco a poco, año a año. Nadie levantará la voz por los parias de la tierra, por los Guantánamos del Mundo, por los miserables y pobres que habitan este planeta que unos cuantos, muy pocos, se han creído, en posesión plena.

Si para seguir rebosando en la más asquerosa de las abundancias hay que seguir matando, pues se mata. Qué más les va a dar la masa sin conciencia, a la podredumbre aburrida que al final va a votar (allí donde se pueda) a quien se les imponga a base de dinero transformado en absurdas ideas. Aquí ya vale todo, sea lo que sea. El poder provoca orgasmos, los que no se consiguen en las camas frías y deshechas para poder tener hijos decentes. El absurdo es un dios, eso sí, por debajo siempre del dinero al que hay que rendirle absoluta y total pleitesía. Ya se encargarán ellos  sin que la masa se entere. Para eso inventaron el ateísmo, es lo que mola, lo moderno.

Hoy ha sido Francia donde el crimen ha sido transmitido en directo por los “poderes establecidos” para seguir creando el terror, no por los asesinos; imagino que lo entenderéis. Mientras la gente se horroriza por lo que han querido vendernos como un “atentado contra la libertad de expresión” –que también- millones de seres humanos agonizan y mueren sin que una voz se levante a denunciar el genocidio. Esperemos que mañana no ocurra otra matanza en ninguna parta para que nadie se dé cuenta de la riqueza de la vida humana, que no ha de ser defendida cuando es destrozada sino cuando crea, grita, llora, ríe, canta o simplemente se sienta en un banco a sonreír a todo el que pasa cerca de él.

Mientras, si no llegamos a devolver la sonrisas, quizás “ellos” habrán ganado la “partida.

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Comentario por lauri en enero 12, 2015 a las 11:21am

Muy interesante artículo de opinión Vicent! Coincido contigo en varias apreciaciones... El dinero... moviliza a mucha gente y mal. Y es real.  Menos mal que queda gente sensible. :) ;)

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