El diagnóstico y algunas relatividades.
Como bien sabemos que siempre hay una primera vez en que te diagnostican, me gustaría recordar estas cosas:
Lo que implica un diagnóstico en Psiquiatría
http://www.sin-limite.net/portal/content.asp?contentid=1434
Las confusiones que hay
http://www.sin-limite.net/portal/content.asp?contentid=1238
Los peligros de la estigmación
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Respuestas a esta discusión
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Permalink Respuesta por lauri en
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Y también destacar que hay personas que teniendo algunos síntomas de los que caracterizan el TLP, funcionan con normalidad en muchos ámbitos de la vida.
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Permalink Respuesta por Marina F en
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Mientras los síntomas no impidan hacer una vida normalizada. Las crisis de cualquier tipo marcan mucho y sin leer los link que ha puesto Lauri, creo que es bastante normal de ir de un medico a otro y tener distintos diagnosticos antes del definitivo. O que un mismo psiquiatra te vaya evaluando los diagnosticos según esta ese dia.......
Este fue mi caso, primero Paranoico, después psicópata......y asi desde los 16 años hasta los 20. Iba leyendo y aprendiendo en un libro de enfermedades mentales. No entendia nada.
Efectos de drogas en algunos casos, como la esquizofrenia ( por un acido ). Le aumentaban las distintas caras del escondido y desconocido TLP. Sus " amigos " también consumían pero no tenían esos efectos. A el lo destrozaron.
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Permalink Respuesta por Màxim en
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Bueno mi experiencia con mi pareja va un poco también en ese sentido del diagnóstico. Si bien está diagnosticada como TLP cluster b, tiene rasgos de los otros y además en algun momento el psiquiatra ha hablado de bipolaridad, aunque al parecer tampoco está claro del todo. El problema, es que mi pareja está en un plan muy autodestructivo, sin ganas de vivir, y poca gana de hacer terapia (ninguna). Aunque sí visita el psiquiatra, Alterna momentos bien y momentos que toca fondo y con episodios de consumo de alcohol a veces preocupantes. Eso también carga mucho!!!
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Permalink Respuesta por CorieBratter en
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Mi testimonio es como afectada de TLP, de 36 años, diagnosticada del trastorno va a hacer 2 años. Desde entonces, con el seguimiento psiquiátrico y la terapia psicológica pautada por los profesionales (por supuesto, privada).
Llevo una vida aparentemente normal: tengo trabajo, una hipoteca, hace años que no tengo pareja (aunque sí tuve), mis padres son mayores y forman parte de mis responsabilidades... Mi familia no tiene ni idea de lo que padezco; saben que siempre he estado de consulta en consulta, pero nunca les ha importado por qué o no quieren entrar en detalles.
Antes del diagnóstico, di tumbos por la Seguridad Social y otras consultas privadas durante veinte años. Sus diagnósticos: depresión (grave, crónica...), ansiedad, estrés, agorafobia, anorexia, bulimia, comedora compulsiva, insomnio... Eso sí, cuando reunía el valor suficiente y tenía con ellas (tenían que ser mujeres) la confianza necesaria para para narrarles que había sufrido abusos sexuales durante años de niña, ninguno de todos esos profesionales mostró la más mínima expresión humana, ni interés profesional (hubo quien me dijo: "Eso no tiene nada que ver con lo estamos tratándote ahora", y pasó a preguntarme qué había cenado la noche anterior).
Cuando me diagnosticaron el TLP, me hicieron unas entrevistas extensísimas, profundas, que tocaban todo... Lo removían todo. Dolorosas. Pero entre todo lo que preguntaban estaba la cuestión de los abusos, no recuerdo la pregunta exacta. Lo que sí recuerdo fue una tremenda sensación de alivio, al no tener que esperar a que pasaran seis meses y sentir que la chica que tenía delante era de fiar. Simplemente podía quitármelo de encima con un "sí", y con un poco de suerte hasta lo enlazarían con el resto de mis cosas "raras" y me dirían de una vez qué me pasaba. Lo que yo por dentro siempre sospeché y no tenía manera de explicar ni de expresar al mundo.
En otra sesión, tras más tests y entrevistas, el doctor pasó a explicarme el diagnóstico, TLP-borderline, y lo que me había ocurrido neurológicamente por el intenso e indebido estrés recibido a edad temprana y cómo eso había marcado mi manera de procesar las emociones.
Mi reacción sigue siendo como las dos caras de una moneda: por fin tengo una explicación a lo que me pasa. No son caprichos (de lo que a muchos se nos acusa), o que nunca estamos contentos con nada (como por desgracia tuve escucharle ayer todavía a mi madre). Hay una explicación científica para mis desórdenes. La cara negativa en mi caso es la confirmación de que ese malnacido destrozó mi vida, y la indeferencia de todos a los que pedí ayuda quebró mi confianza en el ser humano para siempre. Un poso de dolor y odio me acompañarán por siempre. Y sé que eso es veneno.
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