La Comunidad de Sin-Límite

La autolesión es un recurso frecuente en el tlp...

Aquí se dan algunos consejos para intentar no hacerse daño:

 

 

¿Cómo empiezo a dejar de hacerme daño?

Hay varias estrategias que se pueden utilizar para cuando se está en un momento de crisis y te surge la necesidad de hacerte daño.  Una estrategia que me ha funcionado es el hacer cualquier cosa que no sea hacerme daño y que produzca una sensación intensa: agarrar hielo con la mano y apachurrarlo, tomar una ducha bien fría o un baño calientito, morder un chile verde, ponerte Vicks Vaporub® debajo de la nariz, etc.   El hacer corresponder una emoción a una acción es algo que puede ser muy útil.

 

Estas estrategias funcionan debido a que las emociones intensas que provoca la auto-lesión son transitorias; vienen y van como olas de mar, y si logras mantenerte de pie en una de ellas tendrás la oportunidad de respirar antes de que llegue la siguiente.  Las más olas que logres tolerar sin caer, lo más fuerte que te volverás.

 

Claro que surge la pregunta: ¿no son estas estrategias equivalentes al castigo que te impones al cortarte, quemarte, o pegarte?  La diferencia crucial es que no producen resultados que perduran.  Si exprimes en tu mano hielo hasta que se derrita, o si metes un par de dedos dentro de un bote de helado por unos minutos, te va a doler mucho, pero no va a dejar cicatrices. No va a dejar ninguna huella que luego tengas que explicar de donde vino.  Lo más probable es que no te sientas culpable después de hacerlo, a lo mejor un poco tonta, o bien algo orgullosa de que pudiste salir de la crisis sin auto-lesionarte, pero no culpable.

 

Este tipo de ‘distracción’ no sirve para curar los orígenes y entender las razones de auto-lesionarte: sirve para empezar a tener una opción diferente que la quemada, la cortada, el pegarte.  Estas técnicas sirven para ayudarte a sobrepasar momentos intensos y difíciles sin a la larga hacer las cosas peores.  Son técnicas que te enseñan como salir de una crisis sin hacerte daño.  Las vas a ir refinando, e incluso desarrollando tus propios y mejores mecanismos para disminuir la necesidad de hacerte daño y reducir el papel tan preponderante que ocupa en tu vida.

Usa estos métodos provisionales para demostrarte que puedes manejar situaciones difíciles sin hacerle daño a tu cuerpo.  Cada vez que uses estas técnicas, logras que para la próxima crisis la autolesión sea una opción menos probable y tengas la capacidad de hacer algo diferente.

Tu primera tarea cuando ya hayas decidido dejar de hacerte daño es romper el ciclo, forzarte a intentar nuevos mecanismos para hacer frente a la crisis. Y es verdad que te tienes que forzar hacerlo, no llega solito. Tienes que trabajarle, que luchar, tienes que hacerte hacer las cosas de manera diferente.  Cuando tomas el cuchillo, o el encendedor, o te preparas para darte contra la pared, tienes que conscientemente tomar una decisión de hacer algo diferente. 

A lo mejor al principio haces algo muy ‘primitivo’, o te castigas de alguna manera, no le hace.  Lo importante es que tomaste una decisión, elegiste hacer algo diferente.  Inclusive aunque no logres tomar la decisión, para la próxima tienes ya la conciencia de que puedes hacer algo diferente.  Y si la próxima crisis decides hacerte daño, sabrás que tú lo elegiste, lo cual implica que existe otra alternativa.  Lo que logramos es quitar tu impotencia ante la situación.

 

¿Qué puedo hacer en lugar de hacerme daño?

Mucha gente intenta acciones substitutas como las descrita en la sección anterior, y reportan que algunas veces sí funcionan, y otras vences no. Una manera de incrementar la posibilidad de que una ayuda substituta/distractora calme el deseo de hacerse daño, es la de hacer corresponder una acción a la emoción que se está sintiendo en el momento.

Primero, tómate unos minutos y trata de ver que hay detrás del deseo. ¿Qué estás sintiendo?, ¿estás enojada?, ¿frustrado?, ¿triste?, ¿desesperada?, ¿ansías la sensación del auto-daño?, ¿despersonalizada?, ¿te sientes como muerto?, ¿te sientes dispersa?, ¿necesitas apapacho?

Ahora, trata de corresponder tu emoción con una acción.  Por ejemplo:

- enojada, frustrado, desesperada

-Intenta algo físico y violento, algo que no sea contra un ser vivo: haz tronar una botella de plástico vacía, infla una bolsa y rómpela, deshaz una camiseta vieja.

-Haz una muñeca de trapo que represente todas las cosas que odias.  Córtala en lugar de cortarte a ti misma.

-Aplasta latas de aluminio, lo más rápido que puedas

-Usa un cojín para pegarle a la pared
-Desbarata un directorio telefónico, papel periódico o la sección amarilla (de años anteriores, de ser posible)

-En una foto tuya, marca con rojo lo que te quieres hacer.  Corta y despedaza la foto.

-Con plastilina haz diferentes modelos, luego aplástalos

-Avienta hielos a una pared o adentro de la tina, lo suficientemente fuerte para despedazarlos

-Grita lo más fuerte que puedas.

-Pon la música fuerte y baila hasta cansarte.

-Limpia y ordena tu cuarto (o aún mejor, toda la casa)

-Sal a correr o a caminar

-Patea el piso con zapatos de plataforma

-Pégale a una pelota lo más fuerte que puedas, con o sin raqueta (aprovecha para cansar a tu perro)

Haz algo lento y acogedor

-Tómate un baño de agua caliente con burbujas

-Acurrúcate entre almohadas con un chocolate caliente

-Haz algo que te haga sentir apapachada

-Escucha música suave

-Úntate una crema o loción en las partes del cuerpo que te quieres dañar

-Háblale a una amiga o amigo y platica de las cosas que te gustan

-Prepárate cosas ricas de comer, métete a la cama y ve la tele o lee un libro

-Visita un amigo

-Haz algo que logre una sensación física intensa y aguda

-Aprieta con muchas ganas hielo (realmente sí duele)

-Coloca un pedazo de hielo donde te quieres quemar, lo cual brinda la misma sensación de quemarte y además deja una marca roja parecida a la de una quemada

-Mete uno o varios dedos en comida congelada (o helado) por un minuto

-Úntate debajo de la nariz un ungüento con olor fuerte y penetrante

-Ponte una liga alrededor de la muñeca, estírala y suéltala

-Toma una ducha bien fría

-Patea el piso

-Fíjate en cómo se siente respirar.  Date cuenta de cómo se mueve tu estómago y tu pecho con cada respirada

-OJO: gente ha reportado que estar en el internet mientras se sienten en estado de disociación les afecta para mal.  Ten cuidado

- si necesitas enfocarte, si estás dispersa

-Haz una actividad que requiera concentración, y que sea divertido

Visitas: 501

Responde a esto

Respuestas a esta discusión

Bueno, a veces hay que coger al toro por lo cuernos! Gracias Ham, tal vez le sirva a alguien. UN beso :)

Responder a debate

RSS

© 2024   Creado por Fundación TLP.   Tecnología de

Banners  |  Reportar un problema  |  Términos de servicio

Coordinado por la Fundació ACAI-TLP, Barcelona | Creado por www.emasso.com