La Comunidad de Sin-Límite

 

He vivido siempre rodeada de familiares que sin un diagnostico preciso, presentaron distintos rasgos de personalidades enfermas.

Mi madre y tres de sus cinco hijos presentaban lo que ahora se:

Histrionismo, Trastorno Limite, Personalidad depresiva y una personalidad que no se definirla. Solo sé que no ha sido feliz, sin control y aun actúa como un niño grande, necesitado de una guía a la que obedece ciegamente.

Ahora los se definir y catalogar aunque nunca estuvieron en tratamiento o tuvieron un diagnostico. La vida familiar fue un verdadero caos. Tuvieron una pasado de élite, económicamente alto y buenos estudios hasta que pudieron. Inteligentes y uno muy inteligente.

Han pasado 70 años para algunos y mi madre tiene más de 90. Los sentimientos eran extremos, la agresividad fue tanto verbal como física. No hubo nunca un control médico ni los tres que estábamos bien podíamos saber  actuar  en muchas circunstancias ni entender nunca el porqué de todo ello.

He visto ataques de bulimia, alcoholismo, enfrentamientos verbales entre ellos y conmigo. Distorsión de las realidades y discusiones infantiles en personas aparentemente adultas. Negocios ruinosos, incapaces de un trabajo estable, de una vida social normalizada o una vida familiar tranquila. Separaciones, ruinas, viviendo de préstamos que no devolvían. Aparentando una estabilidad que no había y derrochando sin control hasta la total ruina de todos.

Mi padre murió joven con solo 55 años, mi hermano menor con 34 y me quede conviviendo y apartada por ellos de su lado, por ser la culpable de todo lo que no salía bien y por no aceptar nunca un consejo mío.

Voluntariamente hice mi vida. Casada y con cuatro hijos, apartada de todos y viviendo de lejos su ruina,  decadencia física y económica, peleas y pleitos.

Lo vivo de lejos y los recuerdos son muchos y pocos agradables. No pude hacer nada y asumí ser su punto de referencia ante todo el resto de familiares que creyeron sus historias en las que supe me implicaban sin conocerlas.  

Solo después de vivir en mi hijo esos y otros diagnósticos, pude entenderlos y ayudarlos en lo que era posible, sin esperar agradecimiento, reconocimientos de culpa por su parte y asumir siempre su odio y rencor.

No ha sido fácil sobrevivir y salir ileso de todo esto. Auto – educarme, encajar golpes muy bajos, falta de cariño. Intentando  recuperar ante la sociedad y familia mi imagen de hija, hermana y persona mala y culpable de su ruina, su demencia y falta de unión.

Tengo secuelas físicas y emocionales de las que aun intento salir.

 

 

 

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Respuestas a esta discusión

Pues si, incompetencia hay en todos los sitios. Padres, profesionales y afectados que no quieren colaborar o entender. Tambien los hay que lo hacen muy bien y hay que equilibrar la balanza. Hay de todo y de todos los ccolores.
Los sicologos y siquiatras, son tan personas como los demás no son dioses, sin ir más lejos conozco personalmente a más de un sicologo/a que necesitan más terapia que nosotros.   

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