La Comunidad de Sin-Límite

Otra vez he metido la pata, o no sé... ¿qué será peor? ¿dejar que sangre la herida a la vista de los demás, o morirme de dolor pero conservar mi orgullo, que tantas veces me han pisoteado?

Hoy he vuelto a hablar con mi jefa de algunos problemas que tengo en el trabajo, y he acabado llorando delante de ella. Me siento avergonzada, estúpida, ridícula. No soy capaz de hablar con ella como una persona normal. Como ya os podéis imaginar, ella tiene ochenta mil prejuicios sobre mí, que me aíslo voluntariamente, que no escucho a los demás, que me tomo todo a la tremenda, etc.
Y que me pasen estas cosas no ayudan precisamente.
Ya no sé cómo hablar con ella. No puedo contarle la verdad de lo que me pasa, y así es imposible que me entienda, jamás lo hará. (Bueno, al menos creo que después de esto ya no pensará que me da igual lo que me pasa). La gente no se imagina hasta qué punto sufrimos, nos ven diferentes pero no se dan cuenta de que somos tan humanos como ellos, que sufrimos por las mismas cosas, que nos duele muchísimo todo lo que nos pasa.
Entiendo que ella sea así. Si yo no tuviera TLP sería igual de egoísta. No soy mejor persona que ella. Porque ella sabe desde hace tiempo que estoy mal, pero no le apetece ayudarme, es más agradable hablar con otras compañeras que son más divertidas que yo, y menos complicadas. Yo soy problemática, y eso no gusta. La gente que muchas veces se autodefine como "solidaria" porque da dinero a ONGs o cosas así, luego tienen a alguien al lado que necesita su ayuda más directa, pero no la ayudan. Es incómodo. Es mejor mirar a lo lejos, lo de cerca molesta.
Sé que no es ni de lejos la peor jefa que podría tener, pero... me siento fatal, llevo ya unos cuantos meses sintiéndome muy mal en el trabajo. Estoy mucho más estresada, tengo cada vez menos ganas de hablar, la incomunicación se va haciendo cada vez más y más grande. Cuanto menos saben de mis problemas, más me malinterpretan, más me estreso yo y reacciono peor a todo.
Me siento una auténtica mierda por haber llorado delante de ella, ya sé que suena ridículo, pero es que me gustaría conservar al menos mi dignidad, y creo que no he podido.
Por favor, opinad. Aunque sea para decirme que me entendéis, o que estáis ahí, sólo con eso me sentiré mejor.
Y si alguien sabe de algún tipo de técnica para mejorar las relaciones laborales, o alguna web en la que se ayude sobre esto, os lo agradeceré un montón. Porque ahora mismo estoy tan mal que no soy capaz ni de entender qué me ha pasado.

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Respuestas a esta discusión

Si te sirve de consuelo yo también lloré una vez,delante mi jefe y otro compañero.Cómo ya llevaba una temporada algo regular,pues me cogí una baja-pocos días-.En aquella época lloré porque quería más responsabilidad en mi trabajo.
Pero,por circunstancias determinadas,no era el momento de tener acceso a esos cometidos.Pero ya no me amargo,eso sí,me tomo todo con mucho relax (en el fondo paso bastante pero no lo digo).Es la forma de ser feliz.
¡Hola!

Os escribo para contaros que he vuelto de vacaciones y que ha sido una experiencia muy positiva.
Lo siento si omito detalles, pero es que tengo pánico a que alguien me reconozca.
Fui a través de la parroquia a ayudar a gente desfavorecida, y ha sido genial. He aprendido mucho de ellos, como el dar importancia a las cosas que lo merecen, la fuerza que desarrolla la gente que no tiene nada, y a luchar por lo que es mío sin tanto reparo.
Me siento algo más fuerte en el trabajo, le doy menos importancia a lo que piensen de mí. Me lo tomo todo con más calma. Espero que no sea un espejismo y los cambios sean reales.
Al principio tenía miedo de sentirme sola, pero la gente que menos tiene es la más generosa y agradecida, y me han acogido con mucho cariño. He estado incluso más acompañada que ahora.
Pues eso, que es una experiencia que recomiendo a todos si os atrae la idea de hacer algo parecido.

Saludos!
Pues me alegro que vuelvas tan bien y con energías renovadas

zarevna said:
¡Hola!

Os escribo para contaros que he vuelto de vacaciones y que ha sido una experiencia muy positiva.
Lo siento si omito detalles, pero es que tengo pánico a que alguien me reconozca.
Fui a través de la parroquia a ayudar a gente desfavorecida, y ha sido genial. He aprendido mucho de ellos, como el dar importancia a las cosas que lo merecen, la fuerza que desarrolla la gente que no tiene nada, y a luchar por lo que es mío sin tanto reparo.
Me siento algo más fuerte en el trabajo, le doy menos importancia a lo que piensen de mí. Me lo tomo todo con más calma. Espero que no sea un espejismo y los cambios sean reales.
Al principio tenía miedo de sentirme sola, pero la gente que menos tiene es la más generosa y agradecida, y me han acogido con mucho cariño. He estado incluso más acompañada que ahora.
Pues eso, que es una experiencia que recomiendo a todos si os atrae la idea de hacer algo parecido.

Saludos!

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